Había una vez una bebé que, según los médicos, no debía nacer, pero Dios tenía planes diferentes para ella. Esta niña era un milagro, un milagro que llegó en condiciones perfectas para esparcir amor, guiar e iluminar las vidas de quienes la rodeaban.
A Mia le encantaba contemplar a su madre y quería ser igual que ella, así que su madre hizo una versión más pequeña de cada prenda que tenía, solo para que Mia pudiera parecerse a su mamá, su mayor inspiración.
Ahora, Mia es la visión de vida de su madre:
femenina, delicada y única.
Nos rodeamos de mujeres elegantes, femeninas y delicadas que eligen sentirse cómodas mientras fluyen por el mundo. Algunas de ellas son madres, pero todas aman a su familia, sea lo que sea que esto represente para ellas. Esta mujer ama sentirse hermosa y segura, adora las flores y la naturaleza, descubrir nuevas culturas y sonreír.