Esta colección nace del encanto de la isla de Capri en otoño, cuando los turistas se han ido y la isla descansa en una calma que recuerda a la feminidad. Sus siluetas evocan el movimiento de las olas: plisadas que imitan su vaivén, sedas suaves como el mar Mediterráneo y algodones frescos que capturan la brisa de Capri.